
Hasta ahora, se pensaba que las respuestas fundamentales del miedo dependían de la amígdala. Sin embargo, la mayoría de los estudios de la amígdala se han centrado en un tipo distinto de miedo, que es más bien prudencia o aversión al riesgo.
Científicos de las universidades de Sao Paulo (Brasil) y de Southern California (EEUU), dirigidos por Larry Swanson y financiados por el Gobierno de Brasil, han descubierto que el núcleo premamilar dorsal del hipotálamo es el encargado de los temores.
Para llegar a esta conclusión, estudiaron la actividad cerebral de ratas y ratones de laboratorio expuestos a gatos o a roedores rivales que defendían su territorio. En ambos casos se activaron las neuronas del núcleo premamilar dorsal del hipotálamo, una región cerebral primigenia.
Cuando los científicos dañaron esta zona, los animales se comportaron de una forma radicalmente opuesta: no se asustaron ante la presencia del depredador e invadieron el territorio de otros roedores. En lugar de adoptar una actitud pasiva, el intruso se mantuvo en posición vertical y luchó con el individuo dominante, una acción que repetía incluso cuando había perdido el combate.
"Es increíble que estas lesiones desactiven las respuestas innatas del miedo", explica Swanson. El mismo circuito básico se encuentra en primates y personas
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